La decisión en la elección del color en las marcas trasciende las barreras de lo estético. Esto tiene un impacto psicológico y cultural en la percepción de los consumidores. La correcta elección de una carta de color para representar a una marca sin duda puede aumentar el reconocimiento y la diferenciación entre la competencia. La correcta elección del color es fundamental en el impacto de la marca y su estrategia de marketing y comunicaciones.
En la mente de los consumidores, cada color nos evoca un significado diferente, es un proceso inconsciente en donde asociamos colores con sensaciones y conceptos, resultando en vínculos emocionales que impulsan la conexión de las personas y las marcas. Sin embargo, la psicología del color, puede tener aspectos subjetivos, existiendo ciertas variaciones en sus interpretaciones según diferentes culturas, por lo que resulta vital comprender a quién nos dirigimos, entender su entorno para así evitar connotaciones negativas. Por ejemplo, el color blanco en la cultura occidental se asocia a la pureza e inocencia, en cambio en culturas orientales es el color que simboliza la muerte.
En la naturaleza, los colores tienen códigos que influyen en las conductas de animales y que se asocian a ciertas funciones biológicas. A modo de ejemplo, hay flores que poseen colores vibrantes como el rojo y amarillo para atraer polinizadores, y al mismo tiempo, algunos animales y plantas muestran colores que advierten de toxicidad y peligro ahuyentando a sus depredadores.
El proceso de la elección de un color que represente a una marca, comienza con el desarrollo de la Identidad de Branding. Debemos comprender primero los valores y atributos diferenciadores que como empresa o marca queremos transmitir, la personalidad y a quiénes nos vamos a dirigir.
Luego de tener definida la Identidad de Branding, y la definición del target, debemos de considerar un segundo factor relevante antes de la decisión: la competencia. En un mercado saturado, la correcta elección de color puede hacer que una marca sea más memorable y fácilmente reconocible. Luego, podemos construir una carta de color corporativa que se complemente con el color principal generando así una paleta cromática nutrida y armónica que nos ayude a complementar las gráficas y recursos propios de la marca en comunicaciones atractivas para la audiencia.
Comments